Mi vida en
Por: Héctor
Meléndez
Al comenzar a trabajar en el
Instituto Internacional para Personas con Impedimentos de Puerto Rico en el año
2008, tenía muchas inquietudes y temores ante los retos que estaban por venir
al tratarse de mi primer empleo profesional. Aunque sabia que poseía la
preparación necesaria para tener un buen desempeño en mis responsabilidades
como adiestrador de empleo, el saber que tenia en mis manos el futuro de
alguien me causaba ansiedad. Confieso, que al momento de recibir el adiestramiento
por parte del personal de supervisión del instituto, los temores antes
mencionados no disminuyeron, sino que aumentaron debido a toda la información
que debía aplicar y documentar para llevar a cabo mis deberes. Luego, visitamos
varios escenarios de empleo en los que pudimos observar a algunos de nuestros
jóvenes realizando sus tareas, esto comenzó a bajar mis niveles de ansiedad, ya
que pude interactuar con ellos, y estaba entrando en lo que era la práctica de
mi profesión.
Hector y Paco
Antonetti, consumidor de YAI.
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Para hablar
un poco acerca de mi primer caso empleado, es necesario decir que mis estudios
universitarios los realicé en el pueblo de Utuado, dicho esto, comienzo la
anécdota... La coordinadora va a mi cubículo en las oficinas de YAI Hatillo,
donde comencé, y me comunica que tenia mi primer caso, ¿a que no adivinan en
que pueblo fue? en Utuado por supuesto, yo que pensaba que en buen tiempo no
volvería a pasar por la carretera #10. Comenzamos con el proceso de preparación
para el empleo, en el cual el joven se observó receptivo y positivo, razón que
lo llevó a obtener su empleo. En éste, comenzó realizando tareas de
mantenimiento, y su interés fue tal que, antes de el mes ya realizaba tareas
marginales lo que causó que el patrono aumentara sus horas de trabajo. Después
de haber trabajado este caso puedo contarles que mi primera experiencia como
adiestrador fue muy positiva.
Hoy, a mis cinco años de
trabajar para YAI, puedo decir que he tenido muchas experiencias como la antes
compartida, las cuales me han llenado de orgullo y alegría. También ha habido
ocasiones en las que me hubiese gustado obtener mejores resultados, sin embargo
he aprendido, reflexionado, y me han ayudado a ser un mejor profesional.
En resumen, estas vivencias hacen que llegue a la
conclusión de que, ayudo a personas con impedimentos a obtener y retener su
empleo, y ellos me ayudan a ser un mejor ser humano cada día. Ahhh, no se me
puede olvidar, los mieditos y las ansiedades aún persisten, ya que cada caso es
diferente y nunca sabemos lo que pueda ocurrir, pero siempre doy lo mejor de mi
con cada uno de ellos
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