Por: Estefania Felix Acevedo
En mayo
del 2013 culminé mi bachillerato y aunque por mucho tiempo pensé que en ese
momento le pondría fin a una larga historia, hoy puedo entender que todo lo
contrario, fue el comienzo del capítulo más significativo de mi vida.
Es
difícil despertar un día y darse cuenta que formas parte de los miles de
estudiantes que han terminado sus carreras, pero no encuentran esa oportunidad
laboral que les permita entregarle al mundo todo lo aprendido. En ese instante
muchas ideas bombardean tu cabeza, incluyendo las diversas opiniones de los
demás. En mi caso decidí seguir adelante y continuar mis estudios, mientras
llegaba a mí ese trabajo que tanto anhelaba. Justo en ese momento comenzó mi
gran aventura llamada Producción y Mercadeo de Eventos Especiales.
Me presenté en la universidad con ganas enormes de aprender y convencida de que maravillosas experiencias me esperaban. Durante ese año conocí grandes profesores, todo tipo de compañeros y dos maravillosas amigas. Viví muchas experiencias, frustraciones, risas, alegrías, fue un reto lleno de esfuerzo, aprendizaje, estrés y hasta coraje.
El
último trimestre llegó y con él la responsabilidad y la adrenalina de llevar a
cabo nuestro primer gran evento. Summer Paradise Talent, le llamamos a aquel
espectáculo, que sin saberlo cambiaría nuestras vidas.
Cinco
compañeras de clases y tres jóvenes talentosos que servirían de jurados y un
sinnúmero de especulaciones rondaban las oficinas del Instituto Internacional
de Personas con Impedimentos, aquella noche donde por primera vez nos
toparíamos con quienes darían vida al Summer Paradise Talent. Fue precisamente
esa noche donde gracias al incalculable talento de Alexandra, Lina, Nelson,
Jaqueline, Wagner, Denise, Brenda, Sonya, Johan, Carlos, José, Wilmarie y
Gustavo, aprendí a ver más allá de la discapacidad. Hoy, varios meses después
tengo que decir que jamás olvidaré el día en que conocí a mis queridas
estrellas de YAI.
Como es
de suponerse, no todo fue color de rosa, la terrible situación económica por la
que atraviesa Puerto Rico, nos hizo bastante cuesta arriba conseguir
auspiciadores. Confieso que en ocasiones experimenté la terrible sensación de
derrota, pero la ilusión de aquellos jóvenes que anhelaban mostrar sus talentos
pudo más. Luego de tocar varias puertas lo logramos, todo estaba listo para el
gran día.
La
noche llegó, Sr. Frogs comenzó a llenarse a capacidad, la emoción era enorme y
los nervios no se quedaban atrás. Aquellos talentosos jóvenes que conocí varios
meses antes habían desaparecido, y por la alfombra naranja desfilaban artistas
de la talla de Thalia, Olga Tañon, Don Omar, Michael Jackson, entre otros.
Desde que el espectáculo comenzó la energía se sentía, el público no paraba de
bailar, cantar, gritar y aplaudir, definitivamente esa noche brillaron 13
estrellas.
Cuando
comencé esta aventura simplemente pensaba en aumentar mis conocimientos, al
terminarla descubrí que no solo gané profesionalmente, sino que también crecí
como persona. Hoy soy un mejor ser humano, hoy puedo valorar y admirar la labor
de cada uno de los que trabaja arduamente para que YAI continúe transformando
vidas. Hoy puedo entender el verdadero significado de la palabra GRACIAS.
Gracias
a mis padres y amistades por siempre creer en mí y decir presente en todo
momento. A mis profesores y compañeros de clases por un año de arduo
aprendizaje, porque para bien o para mal de todos me llevo algo. Doy gracias a
mis compañeras y amigas Lizmarí y Jennifer por hacer de esta aventura una más
fascinante y divertida. Gracias, Natalia, Lucelly, Orlando y demás personal de
YAI por confiar en mi talento y por contribuir positivamente para que el
Summers Paradise Talent fuera un éxito.
Pero
más importante aun, gracias a todas mis estrellas de YAI,
ustedes fueron mis maestros, los que verdaderamente me graduaron. No se rindan,
sigan adelante, no permitan que nada ni nadie los desanime, ustedes son grandes
y pueden llegar tan alto como quieran. Viviré eternamente agradecida porque
cada uno de ustedes me ayudó a ver más allá de la discapacidad y sobre todo
porque con ustedes comprendí que nunca es tarde para vivir un sueño.