viernes, 27 de febrero de 2015

Mi Vida en YAI - Contada por un empleado del Programa ACE



Mi vida en  

Por: Héctor Meléndez

Al comenzar a trabajar en el Instituto Internacional para Personas con Impedimentos de Puerto Rico en el año 2008, tenía muchas inquietudes y temores ante los retos que estaban por venir al tratarse de mi primer empleo profesional. Aunque sabia que poseía la preparación necesaria para tener un buen desempeño en mis responsabilidades como adiestrador de empleo, el saber que tenia en mis manos el futuro de alguien me causaba ansiedad. Confieso, que al momento de recibir el adiestramiento por parte del personal de supervisión del instituto, los temores antes mencionados no disminuyeron, sino que aumentaron debido a toda la información que debía aplicar y documentar para llevar a cabo mis deberes. Luego, visitamos varios escenarios de empleo en los que pudimos observar a algunos de nuestros jóvenes realizando sus tareas, esto comenzó a bajar mis niveles de ansiedad, ya que pude interactuar con ellos, y estaba entrando en lo que era la práctica de mi profesión.


Hector y Paco Antonetti, consumidor de YAI.
Para hablar un poco acerca de mi primer caso empleado, es necesario decir que mis estudios universitarios los realicé en el pueblo de Utuado, dicho esto, comienzo la anécdota... La coordinadora va a mi cubículo en las oficinas de YAI Hatillo, donde comencé, y me comunica que tenia mi primer caso, ¿a que no adivinan en que pueblo fue? en Utuado por supuesto, yo que pensaba que en buen tiempo no volvería a pasar por la carretera #10. Comenzamos con el proceso de preparación para el empleo, en el cual el joven se observó receptivo y positivo, razón que lo llevó a obtener su empleo. En éste, comenzó realizando tareas de mantenimiento, y su interés fue tal que, antes de el mes ya realizaba tareas marginales lo que causó que el patrono aumentara sus horas de trabajo. Después de haber trabajado este caso puedo contarles que mi primera experiencia como adiestrador fue muy positiva.

Hoy, a mis cinco años de trabajar para YAI, puedo decir que he tenido muchas experiencias como la antes compartida, las cuales me han llenado de orgullo y alegría. También ha habido ocasiones en las que me hubiese gustado obtener mejores resultados, sin embargo he aprendido, reflexionado, y me han ayudado a ser un mejor profesional.

En resumen, estas vivencias hacen que llegue a la conclusión de que, ayudo a personas con impedimentos a obtener y retener su empleo, y ellos me ayudan a ser un mejor ser humano cada día. Ahhh, no se me puede olvidar, los mieditos y las ansiedades aún persisten, ya que cada caso es diferente y nunca sabemos lo que pueda ocurrir, pero siempre doy lo mejor de mi con cada uno de ellos
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