miércoles, 15 de octubre de 2014

Una verdadera experiencia única

Por: Estefania Felix Acevedo
        En mayo del 2013 culminé mi bachillerato y aunque por mucho tiempo pensé que en ese momento le pondría fin a una larga historia, hoy puedo entender que todo lo contrario, fue el comienzo del capítulo más significativo de mi vida.
          Es difícil despertar un día y darse cuenta que formas parte de los miles de estudiantes que han terminado sus carreras, pero no encuentran esa oportunidad laboral que les permita entregarle al mundo todo lo aprendido. En ese instante muchas ideas bombardean tu cabeza, incluyendo las diversas opiniones de los demás. En mi caso decidí seguir adelante y continuar mis estudios, mientras llegaba a mí ese trabajo que tanto anhelaba. Justo en ese momento comenzó mi gran aventura llamada Producción y Mercadeo de Eventos Especiales.
   
       Me presenté en la universidad con ganas enormes de aprender y convencida de que maravillosas experiencias me esperaban. Durante ese año conocí grandes profesores, todo tipo de compañeros y dos maravillosas amigas. Viví muchas experiencias, frustraciones, risas, alegrías, fue un reto lleno de esfuerzo, aprendizaje, estrés y hasta coraje.
       El último trimestre llegó y con él la responsabilidad y la adrenalina de llevar a cabo nuestro primer gran evento. Summer Paradise Talent, le llamamos a aquel espectáculo, que sin saberlo cambiaría nuestras vidas.
          Cinco compañeras de clases y tres jóvenes talentosos que servirían de jurados y un sinnúmero de especulaciones rondaban las oficinas del Instituto Internacional de Personas con Impedimentos, aquella noche donde por primera vez nos toparíamos con quienes darían vida al Summer Paradise Talent. Fue precisamente esa noche donde gracias al incalculable talento de Alexandra, Lina, Nelson, Jaqueline, Wagner, Denise, Brenda, Sonya, Johan, Carlos, José, Wilmarie y Gustavo, aprendí a ver más allá de la discapacidad. Hoy, varios meses después tengo que decir que jamás olvidaré el día en que conocí a mis queridas estrellas de YAI.
          Como es de suponerse, no todo fue color de rosa, la terrible situación económica por la que atraviesa Puerto Rico, nos hizo bastante cuesta arriba conseguir auspiciadores. Confieso que en ocasiones experimenté la terrible sensación de derrota, pero la ilusión de aquellos jóvenes que anhelaban mostrar sus talentos pudo más. Luego de tocar varias puertas lo logramos, todo estaba listo para el gran día.

          Jueves, 3 de julio de 2014, recuerdo que mi teléfono no paraba de sonar y una enorme mezcla de emociones se apoderaba de mí. Definitivamente estaba viviendo una experiencia única. Fueron muchas las paradas que hice antes de llegar a Sr. Frogs, lugar donde se llevaría a cabo el evento y ni hablar de los asuntos y discusiones de última hora que hubo que resolver, nada que la profesora Della Torre no nos hubiera advertido pero que hasta ese momento no habíamos vivido.
          La noche llegó, Sr. Frogs comenzó a llenarse a capacidad, la emoción era enorme y los nervios no se quedaban atrás. Aquellos talentosos jóvenes que conocí varios meses antes habían desaparecido, y por la alfombra naranja desfilaban artistas de la talla de Thalia, Olga Tañon, Don Omar, Michael Jackson, entre otros. Desde que el espectáculo comenzó la energía se sentía, el público no paraba de bailar, cantar, gritar y aplaudir, definitivamente esa noche brillaron 13 estrellas.
  Cuando comencé esta aventura simplemente pensaba en aumentar mis conocimientos, al terminarla descubrí que no solo gané profesionalmente, sino que también crecí como persona. Hoy soy un mejor ser humano, hoy puedo valorar y admirar la labor de cada uno de los que trabaja arduamente para que YAI continúe transformando vidas. Hoy puedo entender el verdadero significado de la palabra GRACIAS.
          Gracias a mis padres y amistades por siempre creer en mí y decir presente en todo momento. A mis profesores y compañeros de clases por un año de arduo aprendizaje, porque para bien o para mal de todos me llevo algo. Doy gracias a mis compañeras y amigas Lizmarí y Jennifer por hacer de esta aventura una más fascinante y divertida. Gracias, Natalia, Lucelly, Orlando y demás personal de YAI por confiar en mi talento y por contribuir positivamente para que el Summers Paradise Talent fuera un éxito.
          Pero más importante aun, gracias a todas mis estrellas de YAI, ustedes fueron mis maestros, los que verdaderamente me graduaron. No se rindan, sigan adelante, no permitan que nada ni nadie los desanime, ustedes son grandes y pueden llegar tan alto como quieran. Viviré eternamente agradecida porque cada uno de ustedes me ayudó a ver más allá de la discapacidad y sobre todo porque con ustedes comprendí que nunca es tarde para vivir un sueño.